El fin del diario impreso o el comienzo de un nuevo periodismo

Desde que aparecieron los diarios impresos, como la primera manifestación de un periodismo día a día, hacia el siglo XIX, se ha planteado su final con la aparición de cada nueva tecnología de la información.







Por Carolina Ospina Foronda
cospinaf@eafit.edu.co
Fotografía de http://www.fotoeditores.com/

Primero se enfrentaron a la inmediatez de la radio, luego a la imagen en vivo de la televisión. Antes de eso, ya se habían enfrentado a la censura de un régimen o una institución, o hasta de la misma comunidad que los consumía.

Pero sólo ahora, con la llegada de Internet, se ha esbozado un inminente fin para los periódicos que a diario llegan a las puertas o se instalan en las esquinas. “Ted Turner, fundador de la cadena de información continua CNN, en 1991, ya predecía el final de los diarios impresos para… el año 2001”.

Tan sólo hasta la década de 1990 los empresarios de los medios de comunicación comenzaron a pensar en que había nacido un verdadero enemigo para sus publicaciones.

Y como no pensarlo si se enfrentaban a un nuevo medio que combinaba a todos sus “enemigos” anteriores, con inmediatez y eficacia, y que podría llegar a una gran cantidad de personas de manera casi gratuita.

Internet llegó para quedarse, para expandirse. Al contener hipertextualidad, multimedialidad, interactividad y memoria, Internet puede combinar en un espacio al texto, al sonido, a la imagen fija, a la fotografía y al video, dándoles posibilidades a los usuarios de escoger contenidos de una manera más libre, que no precisamente la dan los medios análogos y tradicionales.


Una visión futurista sobre los medios de comunicación, de las tantas que circulan en la propia red.

Pero, ¿la aparición de Internet significa necesariamente la desaparición de los medios análogos, en especial de la prensa? Por años, al igual que se ha vaticinado que la prensa desaparecería en poco tiempo, también se ha tratado de responder a esa pregunta.

Un nuevo periodismo
Muy a pesar de Ted Turner, los diarios impresos no desaparecieron para el 2001. Sin embargo, son evidentes los cambios que el periodismo escrito ha sufrido para adaptarse a su nueva competencia.

Como tuvo que hacerlo con la radio y la televisión, la prensa se ha ido adaptando nuevamente a la “modernidad tecnológica”. Desde su forma de escribir hasta el tipo de contenidos que presenta, la prensa escrita ha aceptado el desafío y con algunas dificultades en sus inicios, ha ido incursionando en el panorama del ciberespacio.

“En Internet ha nacido una nueva prensa, con su propia identidad, su lenguaje y un crecimiento tan vivo que desafía a sus competidores”. Lo que muestran los periódicos on line, con ciertas excepciones, no es igual a lo que uno encuentra en el diario impreso.

Así sea el mismo texto, el hecho de que haya un vínculo hacia otra página web genera un cambio muy grande en la lectura del espectador: él ya tiene la posibilidad encontrarle una arista al texto, que no podría encontrarle si está impreso en una hoja de papel con un espacio limitado.

En un diario on line bien constituido, el lector se encuentra con un texto, por lo general, con un lenguaje más ágil y sencillo que en un periódico escrito; con la posibilidad de un video que amplíe la información; con una fotografía a color, que se puede ampliar o que puede contener un vínculo con más datos sobre el tema.

Podemos encontrarnos con un audio informativo o con un gráfico interactivo que nos revelen más enfoques. Así, un tema que puede ser denso en una publicación impresa, se vuelve maleable, accesible y atractivo para un público casi universal.

El periodismo en Internet se ha vuelto uno sólo. Los periodistas han aprendido a escribir, a fotografiar, a hacer televisión y a hacer radio al mismo tiempo. Han aprendido a publicar, a transmitir y a montar los contenidos en Internet. Los nuevos periodistas deben ser multimediales como el medio que más soportará sus contenidos.

Cada vez los medios análogos irán integrándose más y más a Internet. Todos empezaron con una simple página web recicladora de sus contenidos. Ahora, la mayoría tratan a su espacio en la red como un medio independiente, que puede tener contenidos propios o ampliar los publicados por el medio tradicional. Al final, deberán ser uno sólo.

Habrá otra historia
No hay necesidad de negarlo: algún día, lejano o no, la prensa impresa desaparecerá. Cada vez existirán más nativos de Internet y eso aumentará el consumo de este medio, por lo que paulatinamente irá disminuyendo el uso de los medios tradicionales.

Habrá más público que se interese por abrir su correo y revisar las noticias, que por encontrar un ventero que le suministre un periódico en la mañana. Desde ahora se ve el fenómeno, aunque cabe hacer una aclaración: con los años desaparecerá la prensa escrita, pero nunca el periodismo escrito.


Otro de los videos futuristas más populares en YouTube.

Como se ha señalado, los periodistas de los medios tradicionales han ido adaptándose a las exigencias de las nuevas tecnologías y han sabido superar los nuevos retos con éxito. Algún día, que podría tocarle o no a las actuales generaciones, la prensa escrita pasará completamente a manos de la Internet.

Sin embargo, y con los problemas que aún enfrentan las redes informáticas, el fin del diario impreso se podría decir que no está cerca. Sobre todo, mientras exista una brecha digital en el Planeta, así sea mínima, ese espacio será cubierto por los medios tradicionales.

Mientras haya inmigrantes digitales, existirán los diarios impresos. Mientras sea incómodo leer en la pantalla de un computador, existirán los periódicos.

Pero cuando Internet y las tecnologías informáticas superen todos los inconvenientes que todavía les impiden ser totalmente masivas, el papel quedará relegado a un segundo plano. Como quedó relegado el correo físico cuando la Humanidad conoció y utilizó las ventajas del correo electrónico.

Algún día tendrá que pasar. Y aunque ese día no está cerca, el periodismo escrito y el periodismo tradicional en general ya ha encontrado la forma de sobrevivir como lo ha hecho desde que nacieron: adatándose a las nuevas tecnologías de la información.