sábado, 13 de marzo de 2010

"El que vende su voto es un prostituto o una prostituta porque vende parte de sí": Óscar Darío Pérez



El trabajo que hay tras una campaña política no es tan fácil ni tan acelerado como se creyera. Un dirigente político habla sobre cómo funcionan y fija su posición sobre el papel del ciudadano en unas elecciones como las del domingo.





Por Laura Bolívar Echeverri
lbolivar@eafit.edu.co

Como explica el candidato a la Cámara de Representantes por Antioquia, Óscar Darío Pérez Pineda (foto), aspirante por el Partido Conservador, “una campaña se organiza como algo muy parecido a una empresa”.

Pérez es contador de la Universidad de Medellín y es un político de carrera con amplia trayectoria en el Congreso de la República (es senador en el período 2006-2010) y ha trabajado en varios de los gobiernos departamentales de Antioquia y municipales de la capital antioqueña.

De su carrera política se destaca su trabajo en temas de finanzas públicas, desempleo, pobreza, descentralización, corrupción y educación. También en proyectos de ley en los que ha participado con intensidad, como los habeas data y vivienda de interés social.

Laura Bolívar: ¿Cómo se organiza una campaña política?

Óscar Darío Pérez: “Como algo muy parecido a una empresa. Hay que hacer una planeación estratégica, hay que diseñar de acuerdo con las fortalezas y a las debilidades del candidato.

Hay que estructurar un equipo administrativo, una contabilidad, una proyección financiera, buscar los nichos de mercado, que en este caso serían los electores, dependiendo de cuáles sean las características de los candidatos”.

¿En su caso específico cómo y dónde busca esos “nichos de mercado”?

“Como tengo un largo recorrido, por haber sido gerente del Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea) dos veces, secretario de Hacienda de Antioquia, representante a la Cámara en dos períodos y ahora senador, ya hay un camino amplio que, por supuesto, me ha permitido alguna experiencia.

Eso ha motivado que busque un voto proveniente de las personas que más me conocen como son, en Medellín, las comunas de Belén, Guayaval, La América y Buenos Aires.

Y también la búsqueda del voto de opinión, que es el voto más estudiado, el más calificado; ahí he estado en la comuna de El Poblado, en Laureles, o sea los sectores donde hay un mayor voto de opinión. Pero no hay que confundir el voto de opinión con el estrato social, pues en todos los estratos hay voto de opinión, en todos”.

¿Cómo deciden en qué municipios establecer las sedes?

“Eso depende, como en cualquier empresa, de la relación costo-beneficio, lo que quiere decir que donde más fuerza tenga el político ahí se abre una sede.

Yo, por ejemplo, no voy a abrir una sede en Carepa porque yo ahí saco 5 votos, pero en Belén abro sede porque saco 4 mil. Entonces eso depende de dónde esté la fuerza electoral.

Aquí se aplica la Ley de Pareto: uno tiene que destinar el 80% del tiempo en donde tiene el 80% de la fuerza”.

¿Cómo se enteran las personas de las propuestas de los candidatos? ¿Sólo por medios tradicionales?

“La gente se entera primero por los medios de comunicación; segundo, por los medios publicitarios (avisos en periódicos, vallas, pendones, publicidad radial, afiches), a través de unos grupos que hemos conformado con unas niñas muy bonitas que van repartiendo la publicidad por toda la ciudad, en carro-vallas, moto-vallas, en fin”.

¿Por qué un partido político no perdura?

“Los partidos han perdurado en Colombia centenariamente. El Conservador y el Liberal llevan más de 150 años de vida jurídica en Colombia.

Lo que pasa es que hay unos partidos que han aparecido a última hora, que son expresiones muy fugases, pero esperemos que los haya fuertes en Colombia para que haya una política fuerte.

La política no es mala si se mira con un sentido social. Bertol Brecht, un filósofo, decía que no hay un ignorante más peligroso para una sociedad que el ignorante político porque ese ignorante no sabe que el precio de la leche, el precio del huevo, dependen de decisiones políticas”.

¿Cómo están haciendo los políticos para contribuir con la disminución de la abstención en Colombia, que para elecciones a Congreso es de alrededor del 60%?

“La abstención es el resultado de una apatía. La gente buena elige los malos gobiernos, ¿con qué? Con la apatía.

Si la gente buena votara, los que llegan allá con ese voto cautivo no llegarían porque aquí hay políticos que se eligen siempre porque tienen una clientela, una burocracia que la han podido nombrar a través de toda la historia.

Si aquí la gente no se abstuviera y entendiera que el voto es un poder, el poder ciudadano, si no lo vendieran… ¡Porque el que vende su voto es un prostituto o una prostituta porque vende parte de sí!

La campaña debería ser argumental, no de cuánto dinero tenga ésta, entre otras cosas hay que sospechar de entrada del que le mete mucho dinero a una campaña porque, ¿por qué tanto dinero y para qué? o ¿será que es que tiene la tula llena de dinero proveniente del narcotráfico, de corrupción o de pronto una tula untada de sangre?

Los guerrilleros y los grupos paramilitares también van a querer tener senadores y representantes, pero ¿cómo les cerramos el paso a ellos? ¡Votando todos!, que no haya abstención. Por eso, repito, las gentes buenas, con su indiferencia, son los que eligen los malos gobiernos”.

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