viernes, 8 de octubre de 2010

¿Somos identidad o reconocimiento?

Imagen de http://www.fotoeditores.com/


Quizás las preguntas más difíciles de responder son las que tienen que ver con uno mismo o, dicho de otra manera, con nuestra identidad.

Por Diana María Osorio Posada
dosorio4@eafit.edu.co

OPINIÓN. Es típico que cuando nos preguntan quiénes somos, damos nuestro nombre completo, nuestra edad, decimos qué estudiamos o en dónde trabajamos. Y, ¿no les ha pasado que después de esa introducción de un par de minutos les dicen: “Yo no le pregunté cómo se llama, ni cuántos años tiene o en dónde trabaja, sino quién es usted”.

Y entonces uno se queda callado –a veces con una sonrisa tímida–, sin saber qué decir.

¿Por qué nos cuesta tanto definirnos? ¿Cómo es que a veces podemos hablar con tanta propiedad de otros asuntos y no somos capaces de responder sobre nosotros mismos?

Ahora bien, si nos preguntan “cómo somos”, entonces resulta un poco más fácil empezar a listar una cantidad de adjetivos. Adjetivos que, además, son generalmente usados por otros para referirse a nosotros. Entonces, ¿somos identidad o reconocimiento?

Podemos decir que la identidad de un individuo se define desde él mismo. Yo construyo mi identidad a partir de mis experiencias, sin necesidad del otro. Por el contrario, el reconocimiento implica una relación e interacción con el otro. Pero, ¿será posible construir mi identidad sin ese otro?

En la medida en que me reconocen, me identifico. Las personas no buscamos reconocimiento simplemente por vanidad –entendida esta última como el orgullo inspirado por los méritos propios– y el deseo de ser admirados y considerados.

En ocasiones, los individuos buscan el reconocimiento para simplemente no ser excluidos. Y es que cuando hablamos de exclusiones sociales, como el racismo, es interesante ver cómo las minorías existen sólo a partir de que son reconocidas por la mayoría.

Pero, ¿no somos, cada uno de nosotros, una minoría? ¿No necesitamos, al igual que un grupo de mexicanos en Estados Unidos o de japoneses en Brasil, ser reconocidos para poder existir en determinado grupo social?

Desde pequeños buscamos el reconocimiento por parte de los demás. Si nos va bien en el colegio, nos dan un premio; si tenemos la mejor calificación en un examen, el profesor nos felicita delante de todos, y con situaciones como estas vamos adquiriendo cierto “status”.

Con lo anterior quisiera abrir un pequeño paréntesis. ¿Por qué ante las situaciones arriba descritas no nos sentimos bajo una selección excluyente o tipo de discriminación? ¿No es, guardando las proporciones, lo mismo diferenciar a un grupo racial de otro –a manera de reconocimiento– que diferenciar a un estudiante de otro por sus logros y rendimiento académico?

El mismo reconocimiento que buscan esos grupos de inmigrantes dentro de una cultura extraña es el que buscamos cada uno de nosotros, incluso estando en nuestra propia cultura. Representamos la misma necesidad de hacernos notar y, por qué no, de diferenciarnos frente a otros.

Pero no podemos irnos al extremo y decir que somos lo que los demás piensan de nosotros. Por supuesto que forjamos nuestra propia identidad, nuestra esencia, pero no depende 100% de nosotros. Es el grupo social al que pertenece una persona el que le permite reconocer y reconocerse a sí mismo.

Después de todo, quizás no debamos crear una disyuntiva; quizás seamos identidad y reconocimiento. ¿Cuál pesa más? Eso sí depende de cada persona. Entonces, ahora te pregunto: ¿quién eres?

No hay comentarios:

Publicar un comentario