Daniel Samper Ospina. / Foto revista Semana |
Por Marcela Gutiérrez Ardila
Al periodista Daniel Samper Ospina no le gustan los cocteles y no asiste a ellos no precisamente por una causa moral, sino porque el baño de invitados –dice él– está siempre lleno: baños de los que salen políticos o líderes de opinión muy electrizados y despelucados a los que luego se les escucha hablar contra de la droga y mostrarse enemigos de su legalización.
El club de los lagartos fue uno de los libros por los que más se preguntó en la pasada Fiesta del Libro. |
Eso dijo en la presentación de su libro El club de los lagartos, en la reciente Fiesta del Libro de Medellín, una compilación de algunas de sus columnas relevantes en las revistas Jet Set y Semana.
Samper comentó que estaba de celebración por el éxito en ventas que ha tenido su obra, la cual hace una crítica al pequeño país que es la clase dirigente colombiana, en la que, según su opinión, las mismas personas se mantienen “con las mismas mañas”.
Las “caricaturas escritas”, como él prefiere llamar a sus columnas, son producto de la exageración de la realidad.
El éxito de su libro lo debe a su irreverente actitud. |
Lo suyo es también un ejercicio minucioso de observación que parte de tomar la realidad y deformarla, “nunca tanto como Uribe a la Constitución”, aseguró, pero sí utiliza el humor para hacer un llamado de atención o simplemente para burlarse de lo que pasa en el país.
Explicó que pocos se arriesgan a utilizar la sátira y el humor en un país donde se disfraza la realidad con palabras elegantes.Y se burla de todo, hasta del físico de las personas: Samper Ospina no se cohíbe de escribir nada, si algo le produce risa simplemente lo pone.
El no medir las consecuencias de ello, ni lo que pueda pasar luego, se lo atribuye a ese elemento de irresponsabilidad fundamental que está siempre presente en sus textos.
Risa y coyuntura política van de la mano
Samper Ospina aseguró que mantenía siempre consigo una “libretica” para apuntar las ideas que le pudieran servir para sus escritos semanales: “Tener una columna de humor político en Colombia es una mediocridad, es una manera de ganarse la plata fácil porque gracias a Dios hay mucha inspiración: el político colombiano es una caricatura en sí mismo”, afirmó.
Las redes sociales también le han servido para sus escritos. Dado su nombramiento como mejor twittero de Colombia, dijo que en Twitter, al igual que en sus columnas, se comportaba de manera muy irresponsable y que ese medio digital, más que una inspiración, le servía para opinar de temas coyunturales con los demás usuarios de la red.
“Me gusta Mockus y no por el guiño samperista de casarse sobre un elefante”
El libro recopila algunas de sus columnas relevantes en las revistas Jet Set y Semana. |
Dijo que fue dolorosa la derrota de Mockus en su aspiración a la Presidencia de Colombia, ya que representaba una resistencia y una manera de ir contra la política tradicional que él tanto ha criticado en sus columnas.
Entre los asistentes al acto de presentación del libro se sintió un ambiente de satisfacción. Clímaco Duque, negociador internacional, dijo que le pareció muy interesante y destacó de Daniel Samper su tono sarcástico y gracioso.
Daniel Penagos, estudiante de la Universidad de Antioquia, comentó que la Fiesta del Libro siempre le ha parecido un lugar muy adecuado para la ciudad, un espacio generador de paz y cultura que vale la pena que continúe, no solo como un evento anual sino a lo largo de todo el año.
Con frases como las siguientes, el periodista que dirige de la revista SoHo remató su intervención:
“Lo valioso de un columnista no es que el público lo aplauda, sino generar opinión, y que esté en consecuencia con lo que cada cual piense”.
“Colombia es un país muy formalista, no le importa que el fondo esté destilando pus siempre y cuando en la piel no aparezca la herida”.
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