martes, 19 de octubre de 2010

Las compras compulsivas son sin horario, ley u orden

Ser comprador compulsivo es un problema psicológico, que puede implicar diversos transtornos como un nivel de ansiedad alto, baja autoestima y nada de autocontrol.
Sin control sobre sus gastos, un comprador compulsivo puede llevar su economía personal o familiar a la bancarrota en un lapso corto. Cualquier producto les parece “útil”, aunque no siempre les sea asequible. Este es un problema que no perdona edad, sexo o estrato socioeconómico. Y usted, ¿es uno de ellos?

Por Mayteck Arenas Londoño
marenas2@eafit.edu.co

Siempre puede ser una buena época para los compradores compulsivos, pero las mejores son durante las fiestas especiales porque se abre la veda para adquirir un sinfín de regalos. Esto reforzado por los medios de comunicación que día a día no cesan de bombardear con mensajes sobre productos “apetecibles”.

Un comprador compulsivo se deriva de una enfermedad o de un trastorno psicológico llamado TOC, que es un Trastorno Obsesivo Compulsivo”, afirmó Ana María Álvarez, psicóloga del departamento de gestión humana de un almacén de cadena.

La especialista afirmó que la mayoría de individuos que pueden tener un trastorno obsesivo compulsivo, o ser compradores compulsivos, poseen un nivel de ansiedad alto, tienen una baja autoestima y nada de autocontrol.

Marta Elena Bedoya es una compradora compulsiva que hace parte de una familia acostumbrada a dar “muchos regalos en el año”. Ella, como madre y empleada, admite que compra, en sus palabras, “bobadas cada semana”, es decir, “una hebillita linda, que un carrito para mi hijo…”.

Esta mujer víctima del trastorno manifestó: “Yo normalmente compro porque veo algo que me sirve: aunque no sea la época en que se requiera, lo compro. Porque luego cuando lo necesite no lo voy a adquirir en ese precio y de pronto no lo voy a encontrar”.

Ser un comprador compulsivo es tener una enfermedad mental, dicen los especialistas en ese tema. En muchos casos, por esta disfunción resulta irracional que una persona compre más de lo que tiene y que lleve su vida, junto a la de su familia, incluso al colapso.

Los medios, infiltrados en el instinto incontrolable
El artículo Cuando el consumo se convierte en enfermedad, que está en el portal web de Terra Networks, explica la influencia de los medios de comunicación en las compras y en los compradores compulsivos.

El sitio web menciona: “La alta exposición a los medios de comunicación, cargados de mensajes que asocian la felicidad con el consumo, no atrapan a todos por igual. A un nivel de apatía que se ha detectado en compradores compulsivos se suma la falta de actitud crítica y una mayor aceptación de valores e ideas consumistas”.

La necesidad de comprar se ve incitada por publicidad en la que la felicidad y un producto son casi que equitativas. La emoción que generan estas compras son pulsiones incontrolables y peligrosas para la salud emocional, explica el documento.

Jorge Parra, gerente comercial de un almacén de cadena,
asegura que no buscan crearle trastornos al comprador.
¿Quién no está en este mundo para ser feliz?, sería la frase cliché. La felicidad es un valor instalado en nuestra sociedad y el mundo empresaria tomó como premisa y escenario principal una “industria de la felicidad”.

“Las campañas de ‘nosotros’ van dirigidas más a generar mucho valor a los productos, valor agregado. Para los clientes también hay descuentos, pero no buscamos que la gente con la estrategia que tengamos se sienta compulsiva”, aseguró Jorge Parra (foto), gerente comercial de un almacén de cadena.

Evitando comprar por comprar
Visitar un centro comercial o un local comercial en específico es cada vez más fácil y común. Pero, a su vez, el estar en riesgo de la tentación como la compra compulsiva es mayor.

Las estrategias de venta son difíciles de evadir: los descuentos, las rebajas, los bonos de compra y los bonos de regalo, entre otros. Y las excusas son muchas: que el día del padre, de la madre, de la mujer, del hombre y hasta del árbol son el motivo para comprar cualquier artículo.

Sin embargo, aunque es difícil evadirlas, hay maneras concretas que pueden prevenir, pero no asegurar, las compras hechas simplemente por comprar. Por ejemplo, la cancelación de las tarjetas de crédito o tarjetas con cupo bajo pueden significar, por lo menos, deudas más pequeñas para pagar.

5 comentarios:

  1. A pesar de ser tan conocido, el tema no deja de ser importante. La parte más difícil, pienso, es lograr que la persona inmersa en la sociedad de consumo admita su patología, o se preocupe siquiera por ilustrarse sobre la misma.
    Aunque talle donde más duele, este tipo de material periodístico resulta bien necesario en un mundo globalizado que compra por comprar y desecha sin usar... Darío Echeverri S.

    ResponderEliminar
  2. Bitácora agradece tus aportes. Como medio periodístico nos sentimos orgullosos de cumplir con una labor social, y de cierta forma, colaborar para la construcción de una conciencia crítica, si bien no es fácil interesarse en estos temas.

    ResponderEliminar
  3. hola, me parece importante que se publiquen temas que ha veces se convierten en algo normal, para que nos ayude a reflexionar y nuevamente tomar posiciones objetivas.

    Gracias,

    Yomaira

    ResponderEliminar
  4. Hola a todos,

    Muchas gracias por sus comentarios, para nosotros es muy importante la opinión del lector debido a que es hacia ustedes y para ustedes que escribimos.

    También me pueden seguir en Twitter @mayteck

    Gracias,
    Mayteck ;)

    ResponderEliminar
  5. Gracias por sus comentarios y por la decidida participación. Seguiremos trabajando para ofrecer todos los días mejores contenidos.

    ResponderEliminar