viernes, 16 de abril de 2010

Las cosas del fútbol: así es y así lo vivimos


Todo aficionado al fútbol, sin importar el equipo del que sea hincha, es consciente de que en el deporte más famoso del Planeta los partidos no se ganan por merecimientos, sino por goles. Como se dice popularmente: “El que no los hace, los ve hacer”. Y eso le pasó a Atlético Nacional en el clásico.


Por Andrés Felipe García Álvarez
agarci35@eafit.edu.co

OPINIÓN. Empiezo de esta manera porque es lo que estamos sintiendo todos los simpatizantes del club Atlético Nacional, de la ciudad de Medellín. Eso fue lo que le ocurrió al “verde de la montaña” ayer en el juego ante el Deportivo Independiente Medellín (DIM), válido por la novena fecha de la Liga Postobón, para ponerse al día en el calendario del torneo.

Y digo que así es el fútbol porque, siendo sincero, el primer tiempo en el estadio Atanasio Girardot fue uno de los mejores primeros 45 minutos que le he visto a Nacional en muchos meses, Pero, lastimosamente, no tuvo compensación en cuanto a puntos para acercarse a los cuatro primeros puestos.

Nacional usó la misma nómina que venía ganadora durante dos partidos atrás, con una sola variante posicional que fue la de Víctor Ibarbo por la izquierda y Stalin Motta por la derecha, cambio que no desentonó por la manera como se dio el juego.

Comenzó el partido y con él un gran espectáculo que hace ya vario rato no se le veía al “verde”. Fue una sinfonía total que llegaba a tocar la pelota hasta en más de 20 ocasiones seguidas.

Esa sinfonía estuvo dirigida por Giovanni Moreno, el cual anotó el único gol para Nacional luego de una jugada que comenzó en los pies de Jairo Patiño, siguió en los de Víctor Ibarbo, quien desbordó por izquierda y se la centró a Moreno, quien definió por la mitad del área y marcó lo que fue un golazo.

En ese instante del compromiso la afición verdolaga se ilusionó, comenzó a cantar el “ole” y se daba cuenta de lo que se dejaba de ver con el anterior técnico, mientras la hinchada del Poderoso no pudo hacer más que contemplar esa orquesta.

Pues sí, era raro ver esa expresión futbolística en Nacional porque el equipo en general jugó, para mi gusto, excelente en el primer tiempo: le quitó la pelota al DIM en todos los sectores de la cancha, por derecha, por izquierda, por la mitad, etc. Y en esas transcurrió la primera etapa.

Ya en la parte complementaria, Medellín continuó con la propuesta que planteó en los últimos 5 minutos de la primera parte. Propuesta que tuvo sus frutos a los 4 minutos cuando la pelota le quedó al delantero Mario Giménez, quien la pasó por encima del portero Gastón Pezzutti y anotó el gol del empate.

Con esa anotación se bajaron los ánimos de los verdes y, aunque no jugó mal el equipo, dejó de hacer más o menos la mitad de lo que hizo en el primer tiempo. Tuvo jugadas claras de gol, incluso unas 5 o 6 más por encima del Medellín, que, para nadie es un secreto, cuenta con un arquero que cualquier plantel quisiera tener.

Al final, cuando se estaba sellando el empate, en una falta de Andrés Orozco que le causó la expulsión, cobró Nelson Barahona quien convirtió un golazo de tiro libre, dejando las cosas 2-1 a favor del Medellín.

Se cerró así un partidazo en todo sentido pero que, en cuanto al resultado, como lo expresa el título de esta columna, no estuvo acorde con lo que se vio en la cancha.

De esta manera, a falta de cinco jornadas, Nacional es noveno con 19 puntos, a 5 unidades del cuarto lugar. Es bueno recordar que cuatro de los cinco compromisos que tiene pendientes el verde, sólo uno es en condición de visitante, contra La Equidad. El resto serán en su casa.

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