sábado, 27 de marzo de 2010

La odisea de hacer una kilométrica fila

Las personas que no pueden entrar a los coliseos aprovechan la infraestructura de los mismos para apreciar por algunos espacios las competencias. El problema es que los lugares cercanos a los orificios son donde los periodistas toman las fotos y algunos espectadores comienzan a gritar cosas ofensivas para que se agachen y les permitan ver. / Foto Andrés Amariles


Las horas de espera para entrar a algunas competencias son tan largas que algunos van preparados con libros, juegos de mesa o cojines para pasar el tiempo. / Foto Andrés Amariles


Los beneficiados con las largas filas han sido los vendedores ambulantes que con el calor que ha acompañado a los Juegos han subido los precios de los productos hasta 500 pesos más, aprovechando la magnitud y la larga espera para entrar a un evento. / Foto Andrés Amariles

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