martes, 27 de octubre de 2009

Estudiante de EAFIT, alma y nervio de reportaje ganador del Premio Simón Bolívar

Elisa Restrepo Posada, estudiante de Comunicación Social de EAFIT, fue fundamental en la investigación y realización del programa de Especiales Pirry que recibió el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2009.

Elisa Restrepo (tercera de izquierda a derecha) acompañó a sus antiguos compañeros de Especiales Pirry durante la ceremonia de entrega de los premios en la cual, como ella misma dijo, “estaba la pesada del periodismo colombiano”.

Por Juan Gonzalo Betancur B.
jbetan38@eafit.edu.co

Una de las condenas que sufrimos los periodistas es que el oficio muchas veces nos obliga a descender al infierno para conocerlo y luego salir a contar cómo es. Y ese infierno, en un país como Colombia, puede estar en los campos alejados o muy cerca nuestro, en las calles por donde transitamos a diario.

Elisa Restrepo Posada, quien está próxima a graduarse en nuestra carrera de Comunicación Social de EAFIT, descendió a uno de los avernos de Medellín y conoció a quienes están allí condenadas: niñas de 9, 10, 12 años que viven en el mundo de la prostitución.

Lo hizo para el programa de Especiales Pirry que recibió el máximo galardón del periodismo colombiano: el Premio Nacional Simón Bolívar 2009, en la categoría Becas al Periodismo Joven.

El reconocimiento lo recibió Nicolás Forero Parra, quien fue el camarógrafo, pero Elisa realizó la investigación e hizo las entrevistas en las noches por el centro de Medellín. En la edición del material participó, además, Juan Guillermo Herrera.

Cuando supieron la noticia que habían ganado, Pirry le dijo a Elisa: “¡Este premio es tuyo!”.


Este programa, emitido el 30 de noviembre de 2008, fue el cierre con broche de oro que tuvo Elisa Restrepo de su período de cinco meses de práctica en el programa periodístico del Canal RCN.


Cómo se patrocina un mal
“Todo empezó con la idea de hacer un programa sobre la trata de personas –cuenta Elisa–, pero investigando sobre escuelas de mendicidad me encontré con unos datos impresionantes de explotación laboral y sexual infantil en Medellín”.

Cuando le planteó a Pirry lo que había encontrado, él le dijo sin dudarlo: “Váyase para Medellín”. Para ello tuvieron que tramitar un permiso especial en el canal porque por disposiciones internas los practicantes no podían viajar.

Una vez en la ciudad, los recorridos por las calles en busca de las niñas víctimas de la prostitución comenzaban a eso de las 9 de la noche y se prolongaban hasta las 3 o 4 de la madrugada. Unas veces fueron en compañía de la Policía de Infancia y Adolescencia que realiza rondas para el control de esta problemática social.

La investigación incluyó entrevistas al alcalde, a otras autoridades civiles y a organizaciones no gubernamentales encargadas de buscar soluciones; se complementó con datos sobre el diagnóstico de esta oscura realidad de la ciudad.

“Se siente una gran impotencia ver a esas niñas en las calles en el sector de Prado Centro, por ejemplo, completamente trabadas [drogadas] y a merced de la noche, de los hombres, de los peligros… Uno sabe que esas situaciones existen, pero cuando se presencian directamente, cuando uno las ve con los propios ojos, eso lo toca a uno con fuerza, es una realidad muy diferente”, explica Elisa.

Allí descubrió también un mundo que va paralelo, el de la mendicidad, y le partió el corazón verificar que muchas menores son llevadas a la calle por sus propios padres pues saben que con ellas la limosna y el dinero llegan más rápido.

“Mi gran conclusión es que somos unos patrocinadores de la mendicidad y sin quererlo forzamos el asistencialismo: se materializa a partir de la lástima que nos producen esas personas que, cuando se nos acercan, nos tocan los sentimientos. Por eso damos unas monedas creyendo hacer bien”, afirma. “Pero quienes están detrás de esos niños saben cuándo y cómo es mejor pedirle a la gente”.

La impactante investigación, que copó 20 mini DV de grabación [casetes de video], fue presentada en un programa especial de 40 minutos donde el popular cronista y director del espacio hizo un reconocimiento especial a Elisa por ser “una talentosa chica que yo sé que va a ser una gran periodista y que fue nuestra arma secreta en esta historia”.

Con oficio de reportera
Carlos Mario Correa, coordinador del Área de Periodismo en Comunicación Social de EAFIT y quien fue su profesor en la materia de Reportaje, resaltó:

“Destaco su entusiasmo como reportera, el gusto por conocer a personas y estilos de vida extraños. Por ejemplo, en mi curso se propuso investigar sobre los detectives privados que cazan a maridos y esposas infieles en Medellín. Un tema bastante reservado en sus fuentes testimoniales a las que logró llegar por su persistencia e interés como investigadora”.

“También resalto que ella es de las estudiantes que llegó a la universidad con una cultura general importante, producto de sus lecturas en familia y en el colegio y, por lo tanto, no empezó de cero”.

“Comunicación Social es una carrera que tiene mucho de vocacional y de oficio; ya lo había dicho el escritor español Juan Goytisolo: ‘sin oficio no hay talento que valga’. Para mí, Elisa Restrepo ya tiene oficio periodístico y esto será muy importante en su carrera profesional”.

La recompensa
A veces los periodistas descendemos al infierno, como en este caso, pero igualmente obtenemos por ello nuestros efímeros momentos de gloria.

Y en ocasiones, también como en este caso, tienen la cara de un premio como el Simón Bolívar, prestigioso y codiciado porque reconoce a los mejores reporteros de Colombia.

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