Tiene el estilo de los candidatos ungidos por Sergio Fajardo para representar sus banderas políticas: un discurso que prioriza valores como la honestidad, la transparencia y el cumplimiento.
Por Sebastián Pulgarín Girón
Estudiante de Comunicación Social con énfasis en Comunicación Política
Por Sebastián Pulgarín Girón
Estudiante de Comunicación Social con énfasis en Comunicación Política
spulgar1@eafit.edu.co
“Estamos construyendo jóvenes como vos” es el eslogan con el cual Felipe Viveros hace un llamado a la juventud para que participen con él en su camino rumbo a la Cámara de Representantes. Un hombre que incursiona en la política con propuestas sociales que buscan, según dice su plan de trabajo, la inclusión y el buen desarrollo de la política.
Al definir su estilo, Viveros señala: “Como se hace campaña, así se ejerce el poder. Por eso estamos convencidos en que la política debe ser más incluyente, bajando la corrupción, logrando más inversión social y acompañando a la gente”.
Felipe Viveros (izquierda de la foto) tiene 27 años y se lanzó al Congreso por la ASI (Alianza Social Indígena). / Fotos tomadas de la página web del candidato“Estamos construyendo jóvenes como vos” es el eslogan con el cual Felipe Viveros hace un llamado a la juventud para que participen con él en su camino rumbo a la Cámara de Representantes. Un hombre que incursiona en la política con propuestas sociales que buscan, según dice su plan de trabajo, la inclusión y el buen desarrollo de la política.
Al definir su estilo, Viveros señala: “Como se hace campaña, así se ejerce el poder. Por eso estamos convencidos en que la política debe ser más incluyente, bajando la corrupción, logrando más inversión social y acompañando a la gente”.
Es abogado de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), especialista en Derecho Constitucional y profesor universitario de esa misma rama. Es fundador del Centro de Casos de Alto Impacto en Derechos Humanos de la UPB y tiene experiencia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (Organización de Estados Americanos).
Advierte que a pesar de sus pocos años ya tiene la experiencia necesaria para trabajar en beneficio de quienes reclaman una política más incluyente:
“Estamos convencidos en esta forma de hacer política, una forma transparente en la que le queremos llegar a la gente pero sin engaños, sin ofrecer cosas. Creemos que el problema del Congreso es la falta de representación de la sociedad civil. Esa desconfianza es el saludo que tenemos donde llegamos. Para vencer esa desconfianza tenemos que lograr legitimarnos desde esa representación, para ello establecimos una agenda que nos compromete a llegar a todas las regiones repetidamente”.
Le pone su propio sello al discurso cuando habla de los derechos humanos y la seguridad, de recuperar la dignidad de las personas y la inversión social.
Sobre el tema de seguridad, dice: “Estoy seguro que fortaleciendo aún más la institucionalidad podemos dar un vuelco definitivo a la cuestión del conflicto con la guerrilla y los grupos armados ilegales que se sostienen del narcotráfico. Tenemos una propuesta de seguridad ciudadana que, además de fortalecer la institucionalidad del Ejercito, tiene que darle un papel fundamental a la Policía Nacional”.
Plantea promover una democracia apostándoles a los jóvenes en conceptos como confianza y seguridad pues cree que es la mejor herramienta para un proyecto de país que se encamina al desarrollo y a una democracia más representativa.
Viveros el universitario
Conversar con Felipe Viveros es como sentarse con un compañero de universidad: no es un político distante, de citas extensas e intermediarios. Es cuestión de entrar en confianza y empezar a conversar. Su lenguaje es sencillo y un poco informal.
Se define como un político que se ha construido lejos de maquinarias, pero acepta el peso del respaldo familiar. Sobre respaldos, Viveros se ha encargado de trabajar muy bien de buscarlos. El candidato se cuida de que estos respaldos se entiendan como su propia maquinaria política al señalar que se trata de amigos.
Sus principales aliados son Santiago Londoño Uribe y Esteban Escobar, ambos concejales de Medellín, dos de los tres concejales que tiene la ASI en esta ciudad.
Santiago Londoño ratifica su apoyo a las propuestas de Viveros porque, según él, “la gran responsabilidad que tenemos los que creemos en la política, quienes creemos en la representatividad, es que necesitamos una nueva clase política creando la necesidad de participar. Es la decencia, las ganas de renovar y la pasión por lo público la que tiene que estar a lado de cualquier actuación política”.
Golpes que impulsan cambios asumiendo retos
Muy al estilo actual, cuando las vicisitudes de seguridad del pasado impulsan las campañas del presente, Viveros le da gran importancia a la experiencia amarga de su secuestro. Ocurrió en el año 2000 por parte del Ejército de Liberación Nacional (Eln) en una vía de Santander.
Esa experiencia, para Viveros, fue constructiva en la medida que él mismo señala que lo empujó a trabajar por los derechos humanos. Según señaló en un reciente foro de candidatos en la Universidad EAFIT, lo llevó a entender la realidad del país y la necesidad de apoyar a quienes sufren la violación de unos de los más preciados derechos: la libertad.
Sus propuestas apuntan a convertir todas esas necesidades de confianza en asuntos legítimos que los congresistas deben promover en una democracia, asegurándose de que se adopte toda la normatividad en derechos humanos, promoviéndolos desde cualquier punto de vista, ajustándose a la ley e integrando todos los poderes del Estado:
“El papel de las Fuerzas Armadas se legitima desde el apego a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario, por lo que debe existir una política seria de prevención de hechos irregulares. Una política de seguridad no es una opción, es una condición para la existencia misma del Estado”.
Trabajar por merito propio
Felipe Viveros pertenece a la ASI y más concretamente a Compromiso Ciudadano por Colombia, movimiento que lidera el candidato presidencial Sergio Fajardo, y que aspira a oficializarse como partido con la elección de un senador en la próxima contienda del 14 de marzo.
Por ser un grupo nuevo, la forma como surgió la lista de Compromiso Ciudadano es bastante particular. La convocatoria fue abierta y la elección de candidatos se hizo por medio de un jurado conformado por los tres concejales de la ciudad miembros de la ASI, dos miembros de la organización del partido, algunos miembros de Compromiso Ciudadano y personas de la sociedad civil, y la academia. El propio Viveros señala:
“Esta es la única lista a la Cámara que se ha construido desde la meritocracia, gracias a un grupo de personas que han creído en la campaña y el trabajo que realizamos para dar credibilidad de ella”.
Hubo una convocatoria pública que hizo Sergio Fajardo en junio del 2009 en las afueras del Jardín Botánico de Medellín, donde todo aquel que quisiera ser representante a la Cámara por Antioquia presentara su hoja de vida, cumpliera unos requisitos de ley, presentara una estrategia que debería contar con el análisis y el respaldo de un trabajo político que legitimara el porqué sería el indicado para representar a Antioquia en el Congreso de la Republica.
Con orgullo, Viveros señala que a pesar de ser el más joven de la lista fue el primer candidato en ser ratificado en todo el país en la lista de Fajardo. Estos resultados se publicaron en la página web de Compromiso Ciudadano durante un mes para que quien quisiera escribiera sus opiniones sobre los candidatos, sus expectativas e interrogantes.
¿Cómo es su estrategia de campaña?
Viveros ha vivido una intensa campaña que lo ha llevado a recorrer las calles de muchos poblaciones.
Muy al estilo de Fajardo, la idea es llevar la campaña hasta donde antes sólo llegaban los líderes tradicionales, rompiendo el viejo eslabón que conecta a los políticos y a los líderes.
Ha visitado “todas las subregiones de Antioquia” construyendo, como él mismo señala, una campaña “de cara a la gente, con mirada a los ojos, con la firme convicción que mi presencia no será una alternativa sino que una responsabilidad”.
Su organización “tiene dos partes, la primera para el Valle de Aburrá y la segunda para la regiones. Creemos que la desconfianza de la gente se vence con presencia, estar en la calle, hablar con la gente, montarse en un bus… Todo eso nos permite conocer las necesidades de la gente y trabajar por ello desde ahora”.
Su campaña tiene 9 puntos de encuentro en Antioquia: en el Bajo Cauca en Cáceres, Caucasia y Nechí; en Urabá en Apartadó y Necoclí; en el Oriente en el Carmen de Viboral; y tres puntos de encuentro en Medellín, en el centro de la ciudad, en la Comuna 13 y en el barrio Laureles, donde se encuentra la sede principal.
Sus esperanzas están cifradas en el Bajo Cauca, región que según su punto de vista sufre un grave fenómeno de clientelismo. En este punto es donde Viveros pretende marcar diferencia: ha visitado la zona 40 veces, apuntándole a un acompañamiento que ayude a que las personas vuelvan a confiar en quienes los representan, un cambio en la cultura política que asume como un voto más reflexivo y participativo.
Esto busca crear un estilo de hacer política que rompa las barreras de los liderazgos tradicionales y que lleva al candidato a tener contacto directo con la gente. Viveros señala:
“Creemos que la desconfianza de la gente se combate con presencia, dejar abiertos tantos puntos de encuentro como sean posibles. Los espacios no solo deben abrirse en campaña, si se es elegido: los puntos de encuentro deben incluir los cuatro años donde lidera su labor el congresista; para que la gente pueda decir que hay un lugar donde puede comunicarme con el congresista para hablar de problemas democráticos, de comunidad, de zonas y de necesidades”.
Advierte que a pesar de sus pocos años ya tiene la experiencia necesaria para trabajar en beneficio de quienes reclaman una política más incluyente:
“Estamos convencidos en esta forma de hacer política, una forma transparente en la que le queremos llegar a la gente pero sin engaños, sin ofrecer cosas. Creemos que el problema del Congreso es la falta de representación de la sociedad civil. Esa desconfianza es el saludo que tenemos donde llegamos. Para vencer esa desconfianza tenemos que lograr legitimarnos desde esa representación, para ello establecimos una agenda que nos compromete a llegar a todas las regiones repetidamente”.
Le pone su propio sello al discurso cuando habla de los derechos humanos y la seguridad, de recuperar la dignidad de las personas y la inversión social.
Sobre el tema de seguridad, dice: “Estoy seguro que fortaleciendo aún más la institucionalidad podemos dar un vuelco definitivo a la cuestión del conflicto con la guerrilla y los grupos armados ilegales que se sostienen del narcotráfico. Tenemos una propuesta de seguridad ciudadana que, además de fortalecer la institucionalidad del Ejercito, tiene que darle un papel fundamental a la Policía Nacional”.
Plantea promover una democracia apostándoles a los jóvenes en conceptos como confianza y seguridad pues cree que es la mejor herramienta para un proyecto de país que se encamina al desarrollo y a una democracia más representativa.
Viveros el universitario
Conversar con Felipe Viveros es como sentarse con un compañero de universidad: no es un político distante, de citas extensas e intermediarios. Es cuestión de entrar en confianza y empezar a conversar. Su lenguaje es sencillo y un poco informal.
Se define como un político que se ha construido lejos de maquinarias, pero acepta el peso del respaldo familiar. Sobre respaldos, Viveros se ha encargado de trabajar muy bien de buscarlos. El candidato se cuida de que estos respaldos se entiendan como su propia maquinaria política al señalar que se trata de amigos.
Sus principales aliados son Santiago Londoño Uribe y Esteban Escobar, ambos concejales de Medellín, dos de los tres concejales que tiene la ASI en esta ciudad.
Santiago Londoño ratifica su apoyo a las propuestas de Viveros porque, según él, “la gran responsabilidad que tenemos los que creemos en la política, quienes creemos en la representatividad, es que necesitamos una nueva clase política creando la necesidad de participar. Es la decencia, las ganas de renovar y la pasión por lo público la que tiene que estar a lado de cualquier actuación política”.
Golpes que impulsan cambios asumiendo retos
Muy al estilo actual, cuando las vicisitudes de seguridad del pasado impulsan las campañas del presente, Viveros le da gran importancia a la experiencia amarga de su secuestro. Ocurrió en el año 2000 por parte del Ejército de Liberación Nacional (Eln) en una vía de Santander.
Esa experiencia, para Viveros, fue constructiva en la medida que él mismo señala que lo empujó a trabajar por los derechos humanos. Según señaló en un reciente foro de candidatos en la Universidad EAFIT, lo llevó a entender la realidad del país y la necesidad de apoyar a quienes sufren la violación de unos de los más preciados derechos: la libertad.
Sus propuestas apuntan a convertir todas esas necesidades de confianza en asuntos legítimos que los congresistas deben promover en una democracia, asegurándose de que se adopte toda la normatividad en derechos humanos, promoviéndolos desde cualquier punto de vista, ajustándose a la ley e integrando todos los poderes del Estado:
“El papel de las Fuerzas Armadas se legitima desde el apego a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario, por lo que debe existir una política seria de prevención de hechos irregulares. Una política de seguridad no es una opción, es una condición para la existencia misma del Estado”.
Trabajar por merito propio
Felipe Viveros pertenece a la ASI y más concretamente a Compromiso Ciudadano por Colombia, movimiento que lidera el candidato presidencial Sergio Fajardo, y que aspira a oficializarse como partido con la elección de un senador en la próxima contienda del 14 de marzo.
Por ser un grupo nuevo, la forma como surgió la lista de Compromiso Ciudadano es bastante particular. La convocatoria fue abierta y la elección de candidatos se hizo por medio de un jurado conformado por los tres concejales de la ciudad miembros de la ASI, dos miembros de la organización del partido, algunos miembros de Compromiso Ciudadano y personas de la sociedad civil, y la academia. El propio Viveros señala:
“Esta es la única lista a la Cámara que se ha construido desde la meritocracia, gracias a un grupo de personas que han creído en la campaña y el trabajo que realizamos para dar credibilidad de ella”.
Hubo una convocatoria pública que hizo Sergio Fajardo en junio del 2009 en las afueras del Jardín Botánico de Medellín, donde todo aquel que quisiera ser representante a la Cámara por Antioquia presentara su hoja de vida, cumpliera unos requisitos de ley, presentara una estrategia que debería contar con el análisis y el respaldo de un trabajo político que legitimara el porqué sería el indicado para representar a Antioquia en el Congreso de la Republica.
Con orgullo, Viveros señala que a pesar de ser el más joven de la lista fue el primer candidato en ser ratificado en todo el país en la lista de Fajardo. Estos resultados se publicaron en la página web de Compromiso Ciudadano durante un mes para que quien quisiera escribiera sus opiniones sobre los candidatos, sus expectativas e interrogantes.
¿Cómo es su estrategia de campaña?
Viveros ha vivido una intensa campaña que lo ha llevado a recorrer las calles de muchos poblaciones.
Muy al estilo de Fajardo, la idea es llevar la campaña hasta donde antes sólo llegaban los líderes tradicionales, rompiendo el viejo eslabón que conecta a los políticos y a los líderes.
Ha visitado “todas las subregiones de Antioquia” construyendo, como él mismo señala, una campaña “de cara a la gente, con mirada a los ojos, con la firme convicción que mi presencia no será una alternativa sino que una responsabilidad”.
Su organización “tiene dos partes, la primera para el Valle de Aburrá y la segunda para la regiones. Creemos que la desconfianza de la gente se vence con presencia, estar en la calle, hablar con la gente, montarse en un bus… Todo eso nos permite conocer las necesidades de la gente y trabajar por ello desde ahora”.
Su campaña tiene 9 puntos de encuentro en Antioquia: en el Bajo Cauca en Cáceres, Caucasia y Nechí; en Urabá en Apartadó y Necoclí; en el Oriente en el Carmen de Viboral; y tres puntos de encuentro en Medellín, en el centro de la ciudad, en la Comuna 13 y en el barrio Laureles, donde se encuentra la sede principal.
Sus esperanzas están cifradas en el Bajo Cauca, región que según su punto de vista sufre un grave fenómeno de clientelismo. En este punto es donde Viveros pretende marcar diferencia: ha visitado la zona 40 veces, apuntándole a un acompañamiento que ayude a que las personas vuelvan a confiar en quienes los representan, un cambio en la cultura política que asume como un voto más reflexivo y participativo.
Esto busca crear un estilo de hacer política que rompa las barreras de los liderazgos tradicionales y que lleva al candidato a tener contacto directo con la gente. Viveros señala:
“Creemos que la desconfianza de la gente se combate con presencia, dejar abiertos tantos puntos de encuentro como sean posibles. Los espacios no solo deben abrirse en campaña, si se es elegido: los puntos de encuentro deben incluir los cuatro años donde lidera su labor el congresista; para que la gente pueda decir que hay un lugar donde puede comunicarme con el congresista para hablar de problemas democráticos, de comunidad, de zonas y de necesidades”.
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