Una musulmana que vive en Medellín afirma que tiene poderes paranormales, como ver los espíritus, asunto que la Iglesia Católica rechaza y la ciencia no acaba de entender.
Por Natalia Londoño Restrepo
nlondon2@eafit.edu.co
Zahra al-assad, también conocida como Flor, es una persona con una capacidad especial: puede ver el aura, comunicarse con los espíritus, desdoblarse y curar con las manos. Eso, por lo menos, es lo que asegura.
Aunque realizar esta labor no ha sido fácil, afirma que su misión es ayudar a la gente y por esto debe continuar haciéndolo a través de este poder especial que, dice, ha tenido desde pequeña.
Vive en Medellín con su esposo y sus tres hijos. Por su ascendencia árabe y creencias musulmanas, viste con mantos y asiste a ceremonias de su religión en la ciudad. Acepta todas las creencias por igual y considera que sólo existe un Dios, el mismo que le permite ejercer su don.
Flor sostiene que desde pequeña ve una luz alrededor de las personas, la cual varía su color, y aunque su familia consideraba que estaba loca, más tarde entendió que se trataba del aura, es decir, la energía que rodea a las personas.
Desde ese momento empezó a comprender el significado de los diferentes colores; por ejemplo, el rojo significa odio o envidia; el rosa, amor; el verde, paz interior y el negro muerte, entre otros. Ve el aura en todas las personas y que de esta forma puede conocerlas mejor y ayudarlas con sus problemas.
Cuenta que lo más duro en su niñez fue ver espíritus y que le costó adaptarse, aunque ahora los reconoce como personas normales, cuyo aspecto es igual al de un ser humano, con la única diferencia de que son espíritus, pues sus pies están a 10 o 15 centímetros por encima del suelo.
“Son personas normales, no son blancos ni ensangrentados como se muestran en las películas”, afirma. Manifiesta que se comunican a través de ella para enviarles mensajes a sus seres queridos.
En este momento de su vida está segura de que la muerte es sólo otro estado y esto lo trata de explicar a quienes la buscan para hablar con sus seres fallecidos.
¿Qué ha sido lo más difícil?
“Ante todo soy humana, a veces la gente se olvida de eso”. Para Flor, lo más importante es ayudar, pero muchas veces se aprovechan de ella por los poderes que dice tener.
Afirma que no le gusta cobrar, pero que aún así lo necesita para vivir: “Si tuviera otro trabajo estable no cobraría, pues la gente muchas veces piensa que mediante el dinero me pueden obligar a hacer lo que ellos quieran y yo sólo hago cosas guiadas por Dios”.
Dice que ha tratado de salirse de esa labor, pues las energías malignas que actúan sobre su cuerpo hacen que se enferme o no se sienta bien, pero cada vez que trata de salirse le llega una tarea más grande que no puede evadir.
Advierte que sus poderes no pueden estudiarse pues pertenecen al espíritu y no al cuerpo y sólo quienes pueden verlos pueden constatar su verdad.
Opinión de los expertos
El teólogo y sacerdote León Villegas R. afirma que toda esta clase de “brujería” no hace más que prestarse para malentendidos, pues debilita y hacer dudar la fe, que siempre debe estar puesta en Dios.
Expresa que si la medicina no acepta esto, mucho menos la Iglesia Católica, ya que no es una fe integral sino una serie de fenómenos paranormales a los que no les encuentra explicación alguna. “El único que sabe el futuro es Dios”, concluye, al dejar en claro su posición al respecto.
Desde el punto de vista médico, el psicólogo Juan Carlos Posada explica que la rama que estudia esta clase de fenómenos es la parapsicología. No obstante, sostiene que de cada 100 casos, 99 se consideran farsantes y estafadores y sólo uno sería posible diagnosticar con un poder especial.
Explica que a estas personas “especiales” se les hacen varias pruebas de laboratorio para ver si realmente tienen capacidades paranormales, pero a pesar de esto no se ha encontrado explicación alguna. A veces se cree que glándulas como la hipófisis, la pituitaria o el timo se encuentran más desarrolladas, lo cual genera que estas personas tengan una mejor percepción, mayor audición o mejor visión.
De manera científica no se ha encontrado una respuesta concreta a estos fenómenos, que incluso son con frecuencia criticados por la psicología, que suele considerarlos más una clase de circo que un poder real.
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